Se perdieron todos mis DVDs de la saga Twilight. Hasta antes de que se perdieran había estado viendo con devoción los DVDs una y otra vez. En honor a la verdad, y obviando el hecho de las películas no son buenas (los libros tampoco), había algo en esa historia que me hacía recordar/pensar/fantasear con algo que alguna vez sentí. Ese amor mágico, ese enamoramiento instantáneo que te cruza cuando ves sus ojos y esa forma de seguir enganchado porque es todo lo que jamás si quiera imaginaste tener. Tú has sido el afortunado… Suena recontra cursi, de hecho lo es y antes amaba/detestaba la saga por eso, hasta que me topé con que, diablos, yo sentí una vez una estupidez parecida.
Comprar los DVDs y verlos terminó por hacerme sentir nostalgia, deseos de “eso”, no de mi pasado, sino de vivir otra vez algo intenso e imborrable. Porque si bien después de “eso” viví cosas muy lindas, siempre hay algo que te marca para siempre. Bueno, yo quería otra marca. El deseo de “eso” me hizo preguntarme por “esto”. ¿Qué es esto que tengo? ¿Es esto lo que quiero? ¿O quiero vivir algo realmente intenso? Y decidí ir por eso “realmente intenso”. Fue cuando empecé a ver una y otra vez la saga, en español, en inglés, subtitulada, sin subtítulos, entera, por escenas. Hasta que se perdieron los DVDs y me quedé suspendida sin saber qué hacer después de los almuerzos, sin tener una historia con la que suspirar, ni una mía ni una producción americana.
Era hora de buscar una historia propia, o al menos anhelarla. Pero los vacíos fueron bien grandes. Quizás sea cierto eso de que hay cosas que se viven una sola vez. Entonces regresar con mi ex, ¿esa era la respuesta? Y pensé en ella, y la quise de nuevo, la quise de vuelta, pensé en que cuando la viera le diría el tipo de cosas que siempre quiso escuchar de mí pero que nunca le dije: que era nuestro destino estar juntas, que la había amado y que la amaría hasta siempre (el idealismo nunca ha ido conmigo). ¿Era esa la respuesta?
Luego te acuerdas de que no funcionó, de que te enamoraste mal pero que no funcionó. De que ella te daba todo lo intenso que quisiste, pero que habían otras cosas no tan intensas que necesitabas de alguien. La conclusión es que los amores intensos no son necesariamente los más funcionales. Cuando pensé en regresar con ella (de mi parte, claro, porque ella está en Estados Unidos extrañando a otra ex) pensé que podría vivir eso una vez más (no lo dudo) pero ¿por cuánto tiempo? ¿4 meses? ¿6 meses? ¿3 semanas? Creo que ella y yo podríamos encontrar a personas más adecuadas para la otra, quizás no tan intensas, pero sí más funcionales, porque lo intenso pasa, y si esa persona no es para ti la relación se va al tacho.
No quiero volver a pensar en que prefiero algo “intenso” a algo funcional. Yo me enamoré de ella, aún es mi vida y le agradezco eso intenso que me hizo sentir por años. Hay cosas que te marcan, y esa marca va a estar siempre dentro de mí, pero es hora de buscar otro tipo de cariño (¿de amor?), o más bien es hora de dejar de buscar, de dejar de pensar, de dejar que las cosas pasen y ya. Aun así buscaré esos DVDs, para practicar mi inglés, claro.
Ya, ya, y también porque le agarré cariño a la historia.